jueves, febrero 19, 2009

Mi hermano superhéroe

Mi hermano superhéroe cabalgando en Pelarco

Cuando el niño Benjamín cayó dentro de la piscina escuchamos sólo un ¡plasch!

Mi hermana Ruth gritó intuitivamente: ¡se cayó un niño a la piscina!

La familia preparaba una larga mesa para el almuerzo campestre, mientras los niños merodeaban juntos por allí en el campo. Habíamos llegado una gran parte de la familia a Pelarco a pasar las fiestas patrias con Héctor y Chela, aprovechando la visita de mi hija Claudia y su marido Luis desde Málaga.

La piscina estaba llena de aguas lluvia, un agua verde llena de sapillos y guarisapos.

Escuchamos el ¡plash! y mi hermana Ruth gritó con sagacidad, sin haber visto nada: ¡se cayó un niño a la piscina!

Mi hermano Lorenzo no dudo nunca. Inmediatamente pasó por encima de la larga mesa, corrió hasta la piscina repleta de agua sucia y se tiró dentro de la piscina.

Y desaparece en el agua verde.

Y pasan los segundos, y pasan los segundos...

Y reaparece y levanta con sus brazos al niño de tres años.

Mi hermana lo tomó en brazos y Benjamín había sido salvado desde el fondo de la alberca.

Quedamos helados.

Ese almuerzo campestre fue una reunión familiar especialmente conmovida, con la sensación de haber presenciado un milagro y agradecidos de tener un hermano superhéroe.



No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Los cuentos de Luis Alberto Tamayo y el corpus literario de los existencialistas

  Disfruto del libro de cuentos «Nos cuesta la vida» de Luis Alberto Tamayo por su narrativa bien escrita, a través de frases concisas y diá...